Lect: Gén 18: 20 – 32; Col 2: 12 – 14; Lc 11: 1 - 13 Quizás, atraídos por ese maravilloso y sencillo contenido del "padrenuestro" hemos pasado por alto las circunstancias de este relato. Los discípulos están observando a Jesús que se ha apartado a orar y, posiblemente impresionados por lo que ven, se atreven a pedirle "Señor, enséñanos a orar , como Juan enseñó a sus discípulos". Es curioso , todos ellos eran judíos piadosos. Todos visitaban el Templo y participaban del culto en la sinagoga. Entonces, habrían recitado oraciones y salmos muchísimas veces. ¿A qué viene, entonces, eso de pedir ahora a Jesús que les enseñe a orar? Tal pareciera que la cercanía de Jesús, y de Jesús orando, les hace ver que "orar" es una cosa distinta de la habitual recitación de plegarias, peticiones y alabanzas, a la que estaban acostumbrados . Algo que incluso se puede hacer, como lo hace Jesús, sin necesidad de estar en el Templo o en otro espacio sagrado. Si...
Reflexiones a partir del texto evangélico de la celebración eucarística de cada domingo, considerando su estudio exegético y leído desde algunos de los retos del entorno de nuestra vida actual. Bienvenidos los comentarios.