Fiesta de Pentecostés, 31 may. 09 Lect.: Hech 2: 1 – 11; 1 Cor 12: 3b – 7. 12 – 13; Jn 20: 19 – 23 1. Lo decíamos el domingo pasado. La experiencia que vivieron los primeros discípulos tras la muerte de Jesús debió de ser algo tan extraordinario y de tanta riqueza que tuvieron que recurrir a diversos grandes símbolos o imágenes para expresarla. Un solo símbolo era insuficiente. Utilizaron entonces, al menos tres grandes palabras: resurrección, ascensión y envío del Espíritu Santo. Las tres son expresiones un poco diversas de una única realidad, que enfatizan uno u otro aspecto de ésta. La idea de la resurrección expresa la convicción de que la vida de Jesús fue de tal manera aprobada por el Padre que éste hizo que venciera a toda limitación humana, incluso y especialmente a la muerte. La palabra “ascensión”, por su parte, al hablar de exaltación de Jesús, enfatiza el poder, el dominio que le ha dado el Padre. Creer en la ascensión es confesar que su forma de vida en este mundo es ...
Reflexiones a partir del texto evangélico de la celebración eucarística de cada domingo, considerando su estudio exegético y leído desde algunos de los retos del entorno de nuestra vida actual. Bienvenidos los comentarios.