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Mostrando las entradas de octubre, 2016

31º domingo to. Las relaciones de justicia, ámbito del encuentro con Dios

Lect.: Sab 11:22--12:2; Sal 145:1-2, 8-11, 13-14; II Tesal 1:11–2:2; Lc 19:1-10 En el lenguaje religioso, —sobre todo en las predicaciones en la iglesias—, abundan ciertas frases que luego todos repetimos de tal manera que acaban marcando nuestras creencias y comportamiento. Así, por ejemplo, cuando usamos a menudo expresiones como tal cosa es “ofensa a Dios”, o “pecado contra él”; o cuando nos obsesionamos con implorar el perdón divino, arrepentidos, quizás no de algo muy concreto sino de “haberle ofendido” por “lo pecadores que somos”, … Detrás de estas formas de hablar y otras parecidas pareciera que hay una manera de pensar en un Dios bravo y ceñudo , soberano en lo alto, aunque al mismo tiempo, muy susceptible ante los errores o flaquezas humanas que le ofenden.  Por otra parte, en esa misma visión se piensa de los humanos como criaturas rebeldes y que, continuamente, cometen acciones contra la divinidad y, por lo mismo,  indignos de recibir la visita divina, mucho menos de

30º domingo t.o.: Subir, bajando el piso a los otros

Lect.: Eclo 35:12-14, 16-18; I Tim 4:6-8, 16-18; Lc 18:9-14 Siempre tenemos que contextualizar los textos evangélicos y leerlos desde nuestra realidad actual. Para actualizar la parábola que acabamos de oír, no nos podemos dejar llevar por el título con que tradicionalmente se la conoce, —“parábola del fariseo y el publicano”, que le fue dada por editores posteriores—, porque eso nos traslada a otro tiempo muy lejano y un escenario muy distinto de los nuestros, —hoy no nos vamos a encontrar publicanos y fariseos por la calle. Es más, tampoco nos debemos dejar llevar por la figura de dos personas que suben al templo a orar , pensando que se trata de una enseñanza sobre la oración, porque no lo es tampoco, directamente . Para entender su sentido fijémonos, más bien, en los destinatarios de la enseñanza. Jesús se dirige, dice Lucas, “ a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás ”.  Justos, perfectos, intachables o simplemente “superiores”. Aquí sí me parece que po

29º domingo t.o. Orar, para ensanchar nuestro corazón

Lect.: Éx 17:8-13; Salmo 121:1-8; II Tim 3:14–4:2; Lc 18:1-8 No es suficiente decir que en los evangelios se nos anima a “orar sin desafallecer”. Aunque parezca de respuesta demasiado evidente, hay que preguntarse que se quiere decir por “orar”. En cada época, en cada lugar, las personas nos acercamos a la Sagrada Escritura con diferente visión, diferente madurez y, además, cada cual según nuestra diferente edad y formación . Por eso tenemos también formas distintas de leer un mismo tema bíblico. Eso pasa, también, con este de l a oración . Se puede ver incluso solo fijándonos en las lecturas de la liturgia de hoy. En la 1ª lectura , el libro del Éxodo refleja un período de una religiosidad bastante ruda, cuando el pueblo hebreo ve a su Dios como el “Señor de los ejércitos”, y lo que le interesa es pedirle para que le conceda poder acabar con sus enemigos y destruirlos “a filo de espada”, como de hecho lo hicieron en el caso narrado hoy de enfrentamiento con los amalecitas. P

28º domingo t.o.: Todo es gracia

Lect.: II Reyes 5:14-17; II Timoteo 2:8-13; Lucas 17:11-19 George Bernanos fue un gran autor literario, dramaturgo y novelista francés que falleció en 1948. En sus obras se refleja muy bien el aspecto trágico de la vida humana, en permanente lucha contra múltiples manifestaciones del mal. No hay necesidad hoy en día de recurrir a obras literarias solo para constatar la gran cantidad de sombras que oscurecen la vida del planeta y que nos atormentan a muchos de nosotros: injusticias y desigualdades que produce la economía, guerras, y otras muchas formas de violencia callejera y doméstica… Pero si me refiero a este autor es porque tiene una novela muy famosa titulada “Diario de un cura rural ”. El protagonista es un sacerdote débil, que a las enfermedades que padece se le juntan las hostilidades de gentes de la aldea donde ejerce su ministerio, lo que le hace vivir envuelto en sufrimientos. No haría falta recurrir a un personaje de ficción literaria para hablar de vidas cargadas