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Mostrando las entradas de julio, 2015

17º domingo t.o.

Lect.: II Reyes 4,42-44; Salmo Responsorial: 144; Efesios 4,1-6; Juan 6,1-15 Aprovecho que la gripe y bronquitis me tiene recluido en casa. Como no podré ir a predicar a santa Lucía, tengo más libertad para redactar el comentario al texto evangélico de hoy en otro estilo de reflexión. Me la provoca el versículo 12 del capítulo 6 del evangelio de Juan que leemos hoy. Es una advertencia de Jesús a sus discípulos cercanos, una vez que terminaron de comer y alimentar a la multitud. " ¡Que nada se desperdicie !” les dice.  Yo espero y deseo que todos nosotros, hombres y mujeres de Costa Rica, tomemos en serio y pongamos en práctica esta directriz de Jesús. El papa Francisco se hizo eco de ella hace dos años en una Audiencia General ( http://w2.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2013/documents/papa-francesco_20130605_udienza-generale.html ) denunciando la " cultura del descarte [que] nos ha hecho insensibles también al derroche y al desperd

16º domingo t.o.

Lect.: Jer 23,1-6, Ef 2,13-18, Mc 6,30-34 En el texto de hoy los discípulos regresan de la misión a la que Jesús los había enviado, aquella misión que debían realizar desafiando los pilares que sostenían la sociedad de entonces, la institución familiar, la propiedad y las tradiciones ,  como lo vimos el domingo pasado. Podemos imaginar, teniendo en cuenta otro relato semejante de Lucas (10: 17 sgs), que los apóstoles regresan contentos y satisfechos. Tan es así que de inmediato y corren a informar al Maestro “todo lo que habían hecho y enseñado”. Ante lo que le cuentan y, posiblemente, ante la impresión que daban —quizás cansados pero entusiastas de su estreno como predicadores— Jesús reacciona con dos gestos que son, en sí mismos, enseñanzas complementarias de cómo se realiza la misión evangélica. El primer gesto consiste en invitarles a ir solos a un sitio apartado y desértico "a descansar un poco” . Es, probablemente, una manera de decirles que

15º domingo t.o.

Lect.: Amós 7,12-15, Ef 1,3-14, Mc 6,7-13 Se puede leer este texto del envío de los Doce en tres niveles o desde tres ángulos. Algunas veces, en la predicación y en la catequesis, se comentaban estas instrucciones de Jesús como una forma de sacrificio, una práctica ascética, de renuncia que debería de caracterizar la vida de los cristianos. Otras veces se ha presentado como una forma de insistencia en la sencillez y en la pobreza como distintivos evangélicos que incluso permitían la mayor identificación con las necesidades de los pobres y los excluidos. Pero hay otra lectura de estas instrucciones de Jesús a los enviados que es un poco diferente . La podemos hacer si nos ubicamos en el lugar y momento histórico que vivió Jesús y sus primeros discípulos . En ese entonces, la sociedad existente se construía sobre tres pilares muy fuertes : la familia y linaje , la propiedad , y la tradición , que en el pueblo judío era religiosa. De esos tres pilares se de

14º domingo t.o.

Lect: Ez 2,2-5; II Cor 12,7b-10; Mc 6,1-6 En situaciones de peligro, o de riesgo, lo normal es sentir, al menos, un ramalazo de miedo. Miedo a recibir un daño, a perder un bien o un ser querido, o la propia vida. Fue la situación por la que pasaron los discípulos en la barca. Y fue la que superaron el jefe de la sinagoga y la mujer enferma de flujos de sangre. Lo que marcó la diferencia, en uno u otro caso, fue la actitud de fe, de vivir con confianza profunda. que, en definitiva, como dice Mc, trae paz y salud . En la gente de Nazaret, el   pueblo de Jesús, predomina otra actitud que, aunque no lo descubramos a la primera, es también otra forma de miedo . Cuando los vecinos de su barrio lo miran con escepticismo, con incredulidad, en el fondo lo están   rechazando por miedo a la novedad . Este Jesús, que tiene sabiduría, rompe los esquemas religiosos y sociales a que estaban acostumbrados. Habían conocido a Jesús desde pequeño, muchos habían crecido y proba