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Mostrando las entradas de noviembre, 2011

1er domingo de adviento

1er domingo de adviento. Ciclo B. Lect.: Is 63:16 b-17.64:1.3b-8; 1 cor 1:3-9; Mc 13:33-37                                                                                        1.         A lo largo de mucho tiempo hemos compartido nuestras reflexiones evangélicas  al punto de que ya sabemos bien del carácter simbólico de muchas expresiones . Es decir que, por ejemplo, como decíamos el domingo pasado, cuando hablamos de un " juicio final" y lo pintamos como lo hacen los evangelistas, es un gran símbolo de cómo nuestro destino nos lo jugamos en un juicio presente, en nuestras acciones de amor por los demás. Al empezar hoy el adviento vienen como guía para nuestra meditación otras dos expresiones simbólicas: una, decir que "el señor viene" y la otra que tenemos que "despertar".   Ambas están relacionadas. 2.         ¿Qué quiere decir "despertar"? Precisamente ser capaces de vivir de tal manera que podamos ver nuestra realidad y la real

34º domingo t.o.

34o domingo t.o. Lect: Ez 34: 11-12.15-17; 1a Cor 15: 20-26 a.28; Mt 25:31-46 1.    Esta grandiosa parábola a veces nos hace tirar la  imaginación a un lejanísimo tiempo futuro de un supuesto final de los tiempos. Es más, se nos olvida que, como todo relato parabólico, se trata de un cuento imaginativo que a través de Símbolos intenta comunicar un mensaje .  Y cuando perdemos esta perspectiva pensamos que el evangelio está hablando de algo que va a pasar tal cual y que hemos dado en llamar el "juicio final". Pero en realidad no es así. Por poco esfuerzo que hagamos para leer el texto de manera fresca, nos daremos cuenta de que Mt está hablando no del juicio "final" sino del juicio "presente". Todo lo sugerente de un juicio “final” es una forma simbólic de expresarse. La parábola tiene, por eso, un carácter revelatorio . Es decir, nos revela, nos quita el velo que oculta lo que nos sucede a cada momento, en cada uno de nuestros comportami

33º domingo, t.o.

33º domingo t.o. Prov 31:10-13.19-20.30-31; 1 tes 5:1-6; Mt 25:14-30 1.    Es una de esas parábolas pedagógicamente estructuradas, sobre todo para memorizarlas. Pero para captar su significado se requiere no solo memoria, sino ubicarse en el contexto en el que Mt la pone.  2.    Primero, no está hablando de inversiones en bolsa, ni de buscar las mejores tasas de interés para invertir. Está hablando  de los bienes espirituales, del reino de Dios, del encuentro con Dios. En ese orden espiritual están los dones de amor, perdón, confianza, esperanza, pero, sobre todo , de ese don que es la raíz de todos los demás, el de la vida de Dios  en propia vida de cada uno de nosotros.  3.    En segundo lugar, el simbolismo del talento . Este era el nombre de una moneda nominal de la época equivalente a los salarios diarios de dieciséis años de trabajo, una gran fortuna. No hay que confundirlo entonces  con la palabra moderna que significa cualidades personales. El talento, pues, aq

32º domingo, t.o.

32o domingo t.o. 6:13-17;  Tes 4: 12-17; Mt 25:1-13 1.    Mt en su evangelio ha recorrido  en 24 capítulos una serie de reflexiones y recuerdos sobre hechos y dichos de la vida de Jesús, para aplicarlos a problemas y situaciones que estaban viviendo en las comunidades unos 50 años después de la muerte de Jesús. Nosotros hemos hecho el mismo recorrido durante los domingos de este año, pensando en nuestra situación actual, 21 siglos después. Ahora, en el Cap. 25 que vamos a leer estos tres domingos siguientes Mt va a considerar con tres últimas parábolas las actitudes fundamentales que estaban a la base de lo que Jesús vivía y decía . La primera gran actitud fundamental de Jesús la evoca Mt con esta parábola de las doncellas sabias y las necias. Luego seguirán la parábola de los talentos y a continuación la del juicio final. 2.    Las doncellas sabias representan esa actitud fundamental propia de Jesús con respecto al encuentro con Dios. Hay que vivir con la convicción de